El Señor Pallar
En Ocucaje, distrito de la provincia de Ica, valle de milenarios huarangos, de palmeras daliteras, de uvas de garbanzos, donde el campesino agricultor disfruta recorrer sus campos de cultivo, allí donde la choza hecha de caña estucada de barro recibe hospitalaria al viajero o invitado, el abuelo, patriarca del pueblo, como le dicen cariñosamente a los mas ancianos de la comunidad en noche que el animo predispone narrar cuentos, escuche de labios de Francisco Raffo una versión ancestral que evoca la leyenda del Señor Pallar, fruto de una planta leguminosa, al que le atribuyen en su proceso de fundación, germinación y floración, el origen de unidad a la multicidad.
Sentados en sillas de palo, y de una y otra palabra suelta con el anciano, venimos al cabo entrar en una conversacion acerca de la leyenda del Señor Pallar.
Dicen que hace muchos siglos, cuando en las tierras de ocucaje solo existían grandes bosques de huarangos, los yungas fueron victimas de una hambruna que perjudico a las poblaciones mas bajo del rió. Ante esta situación de desesperación y angustia, de ver que sus sembríos eran afectados por una terrible sequía, convocan a una reunión, y luego de tomar acuerdos, obtan por rrecurrie al hombre mas experimentado en plantas silvestres, a quien le encomiendan la difícil tarea de viajar a la sierra para traer la semilla mas fuerte que resista la sequedad.
Así de tanto viaja, de tanto andar y de tanto buscar en las pampas de las quebradas y en los pastizales de la Sierra, logra traer varias semillas de plantas silvestres que germinaron si adaptarse a su nuevo ambiente y clima.
Preocupado desalentado, suspendido el animmo de todos los pobladores de ocucaje, nuevamente emprende marcha al a sierra, donde en muda contemplación se encuentra con la grata sorpresa de tener ante sus ojos una plantilla que había crecido solitaria en la infructuosidad de un terreno despedrego. De ella encontró solo una semilla, que cuidándola con sumo aprecio la lleva a su casa y la lleva sin informar su valioso descubrimiento.
Esperó que creciera, la sorpresa fue mayor cuando vio a la planta adaptarse a un nuevo clima, florecer en verano y retoñar en primavera. De la virtud y prodigio de esa cosecha,en su proceso de fecundación y germinación, dio origen de la unidad a la multitud.
Hoy en día, el agricultor de ocucaje, si ve el pallar olvidado o botado en las sementera, hay que recogerlo, porque dicen que dicen que de una sola semilla se reproduce en qran cantidad.